En la fotografía, momento de la actuación del Conjunto Pelayo de Manolo del Campo del Centro Asturiano de Buenos Aires
Entre gaitas y castañuelas, mantones y peinetas, tortillas, bocadillos y el mejor jamón ibérico. En la tarde del día 4 de diciembre una multitud participó de los festejos por el aniversario de la La Gran Verbena del día de la Constitución Española (y el Bicentenario) , el último encuentro del ciclo 2010 del programa Buenos Aires Celebra y, por qué no, el fin de año también). En definitiva, por las ganas de festejar.
La cita era en el corazón de la Ciudad, sobre la avenida que muchos consideran “La Gran Vía” porteña . Desde el mediodía, las inmediaciones de Avenida de Mayo y Bolívar se tiñeron de la impronta de una de las comunidades más importantes en la historia del país.
Con look informal, Mauricio Macri y su flamante esposa, Juliana Awada, también dieron una vuelta, acompañados por el Ministro de Cultura y Turismo Hernán Lombardi y el Director General de Relaciones Institucionales, Claudio Avruj.
“Es una manera de agradecer a este país tan hermoso, a su gente, por esta oportunidad que nos dio cuando vinimos de España, de trabajar y poder formar a nuestros hijos en escuelas y universidades públicas”, reflexionó Pedro Bello Díaz, presidente de la Federación de Sociedades Españolas de Argentina, organizadora del encuentro. Y sobre la cantidad de jóvenes que participaron de la propuesta, agregó: “Los inmigrantes ya estamos mayores y tenemos que dejar este legado para que nuestros hijos, nietos y bisnietos continúen con la cultura de hermandad entre España y Argentina ”.
Después llegó el turno del desfile. Los estandartes, las reinas de cada región, y los integrantes de unos 20 coros que luego interpretaron los himnos nacionales y algunas canciones tradicionales sobre el escenario.
Las gaitas, las palmas y el castañeo animaban la marcha. Cada tanto una pausa y un baile improvisado. Desde el escenario llegaban las bulerías y entre una cosa y otra la multitud que coreaba el verso que popularizó Manolo Escobar: “Que viva España”.
Siguieron las orquestas de gaitas, y la presentación de cada uno de los cuerpos de baile, con sus trajes y pasos típicos. La fiesta terminó entrada la noche, cuando hasta los más tímidos se animaron a la alegría del pasodoble, e improvisaron una pista de baile a cielo abierto.